Apócrifo
Posted in Teatro
Otro día otro drama. Esta vez me tocó asisitr al novedoso espacio Lab trece para el estreno de Apócrifo, bajo la dirección y dramaturgia de Alfonso Cárcamo y con las actuaciones de Francisco Angelini y Eréndira Ibarra.
¿Ya conocen a Lab trece? Bueno, pues es un foro, para nada un teatro, en el centro histórico de la ciudad. El concepto de este lugar es un departamento donde, en un espacio no convencional, se exhiben obras para un grupo pequeño de personas en horarios prácticos para los adultos de clase media. Después de la función se abre el espacio para charlar con la producción y el reparto de las obras al mismo tiempo que se ofrecen cervezas y refrescos a los asistentes por el costo del boleto. Este es su concepto y ya hay varios otros foros que están apostando por este mismo tipo de idea, como Petit Comité y Carretera 45.
Es el mismo fundador de Lab trece, Alfonso Cárcamo, quien presenta todos los domingos de julio (puede que se extiendan un poco más) su obra. Apócrifo es el drama de dos personajes, un chico y una chica que cuentan y reviven su relación de principio a fin, sólo que nada es tan simple como parece y siempre hay un sentimiento de incertidumbre fatalista asechando cada una de las escenas. ¿Quiénes son en realidad? ¿En qué limbo se encuentran? Tengo que admitir que soy un fan declarado de la guapísima Eréndira Ibarra, sin duda el gancho de esta obra, pues es su nombre y trayectoria como actriz de televisión (Capadocia, Las Aparicio, Infames) el que se presta para atraer más público a este espacio más bien underground. Eréndira interpreta a una chica llena de matices, mostrando con sublime habilidad la facilidad con la que puede pasar de adorable a molesta, de risueña a vulnerable, de la risa al llanto. Angelini no se queda atrás, no deja de acaparar la atención del espectador con su imponente presencia escénica y hasta despliega sus habilidades como cantante en una escena especialmente emotiva y cursi (del buen tipo).
Ambos actores muestran mucha química en escena y el espectador, con ayuda del acogedor espacio, no puede evitar sentirse parte de esta íntima relación.
Vale la pena mencionar el espacio. El foro donde toma lugar esta obra no es más que un cuarto en un departamento con espacio para acomodar a no más de 25 o 30 personas, parece un cuarto normal y vacío. Pero te sorprenderás. No quisiera arruinar la sorpresa así que sólo les digo que, a pesar de ser un esfuerzo independiente, Cárcamo y su producción hacen uso de valores de producción muy novedosos y enteramente disfrutables, caray, casi mágicos en su momento.
La obra sube y baja, pasa de la comedia a la tragedia, del romance al duelo ágil pero acotadamente y la dinámica entre este par de actores carga el gran peso de la obra. Pero a veces la trama y el contexto de la obra se pierden entre las escenas individuales al punto de que al salir de la obra puede que el espectador se quede sin entender la situación en la que se encuentran los personajes (diría más pero, de nuevo, no quisiera arruinarle la experiencia a nadie).
Apócrifo vale mucho la pena por su elenco, su dirección, las sorpresas escenotécnicas y el concepto mismo de este espacio tan particular como es Lab trece. Vayan a verla antes de que se les vaya.
Lab trece
Dramaturgia y dirección: Alfonso Cárcamo
Con: Francisco Angelini y Eréndira Ibarra
Domingos de julio. 20:00 hrs.
$300
¿Ya conocen a Lab trece? Bueno, pues es un foro, para nada un teatro, en el centro histórico de la ciudad. El concepto de este lugar es un departamento donde, en un espacio no convencional, se exhiben obras para un grupo pequeño de personas en horarios prácticos para los adultos de clase media. Después de la función se abre el espacio para charlar con la producción y el reparto de las obras al mismo tiempo que se ofrecen cervezas y refrescos a los asistentes por el costo del boleto. Este es su concepto y ya hay varios otros foros que están apostando por este mismo tipo de idea, como Petit Comité y Carretera 45.
Es el mismo fundador de Lab trece, Alfonso Cárcamo, quien presenta todos los domingos de julio (puede que se extiendan un poco más) su obra. Apócrifo es el drama de dos personajes, un chico y una chica que cuentan y reviven su relación de principio a fin, sólo que nada es tan simple como parece y siempre hay un sentimiento de incertidumbre fatalista asechando cada una de las escenas. ¿Quiénes son en realidad? ¿En qué limbo se encuentran? Tengo que admitir que soy un fan declarado de la guapísima Eréndira Ibarra, sin duda el gancho de esta obra, pues es su nombre y trayectoria como actriz de televisión (Capadocia, Las Aparicio, Infames) el que se presta para atraer más público a este espacio más bien underground. Eréndira interpreta a una chica llena de matices, mostrando con sublime habilidad la facilidad con la que puede pasar de adorable a molesta, de risueña a vulnerable, de la risa al llanto. Angelini no se queda atrás, no deja de acaparar la atención del espectador con su imponente presencia escénica y hasta despliega sus habilidades como cantante en una escena especialmente emotiva y cursi (del buen tipo).
Ambos actores muestran mucha química en escena y el espectador, con ayuda del acogedor espacio, no puede evitar sentirse parte de esta íntima relación.
Vale la pena mencionar el espacio. El foro donde toma lugar esta obra no es más que un cuarto en un departamento con espacio para acomodar a no más de 25 o 30 personas, parece un cuarto normal y vacío. Pero te sorprenderás. No quisiera arruinar la sorpresa así que sólo les digo que, a pesar de ser un esfuerzo independiente, Cárcamo y su producción hacen uso de valores de producción muy novedosos y enteramente disfrutables, caray, casi mágicos en su momento.
La obra sube y baja, pasa de la comedia a la tragedia, del romance al duelo ágil pero acotadamente y la dinámica entre este par de actores carga el gran peso de la obra. Pero a veces la trama y el contexto de la obra se pierden entre las escenas individuales al punto de que al salir de la obra puede que el espectador se quede sin entender la situación en la que se encuentran los personajes (diría más pero, de nuevo, no quisiera arruinarle la experiencia a nadie).
Apócrifo vale mucho la pena por su elenco, su dirección, las sorpresas escenotécnicas y el concepto mismo de este espacio tan particular como es Lab trece. Vayan a verla antes de que se les vaya.
Lab trece
Dramaturgia y dirección: Alfonso Cárcamo
Con: Francisco Angelini y Eréndira Ibarra
Domingos de julio. 20:00 hrs.
$300
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