Eréndira Ibarra, a fondo
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La actriz Eréndira Ibarra, junto a Francisco Angelini, protagoniza la obra intimista 'Apócrifo' acerca del amor y el secuestro.
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de agosto.- El amor puede encontrarse en cualquier lugar, incluso en el sitio más inesperado. En la obra de teatro Apócrifo, los actores Eréndira Ibarra y Francisco Angelini lo interpretan en una situación adversa como un secuestro.
Eréndira Ibarra decidió someterse a esta prueba y experimentar el teatro como un laboratorio de ideas y sensaciones.
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de agosto.- El amor puede encontrarse en cualquier lugar, incluso en el sitio más inesperado. En la obra de teatro Apócrifo, los actores Eréndira Ibarra y Francisco Angelini lo interpretan en una situación adversa como un secuestro.
En medio de un acto violento, dos amantes se reencuentran fortuita e inexplicablemente y le hacen frente a esta agonía corrupta en tiempos de crisis, ya que son las presas sometidas que buscan liberarse.
La actriz se muestra complacida con un proyecto de tal magnitud, del que no siente pequeño por las dimensiones en las que se desarrolla: una casa a manera de laboratorio teatral para tan sólo 28 espectadores, llamada LAB trece.
No sólo la televisión (Infames o El diez) o el cine (Las Aparicio, la película) la enfrentan a personajes complejos que han ido, desde la mujer fatal, hasta la revolucionaria homosexual, sino también este tipo de exposiciones en las que las emociones se confrontan plenamente con el público, sin demasiadas barreras que los limiten.
Es por ello que Eréndira Ibarra decidió someterse a esta prueba y experimentar el teatro como un laboratorio de ideas y sensaciones.
“Es una historia de amor en un contexto que no es nada luminoso. Se trata de una pareja que se encuentra después de mucho tiempo y después son secuestrados. No vemos esa parte de la acción, pero jugamos con la mente del espectador en varios mundos: el del pasado, el de los encuentros amorosos cuando se conocieron —muy luminoso—, luego hay un mundo intermedio donde los personajes comentan con el espectador ambos contextos anteriores, y por último, el lado oscuro de la relación que es el secuestro, su presente.
“Es una obra de teatro en la que si el espectador decide entrar a la convención se la puede pasar muy bien, pero al mismo tiempo te lleva a tocar ciertos puntos del corazón que pueden ser muy dolorosos”, explicó Eréndira Ibarra en entrevista con Excélsior.
La actriz —quien actualmente también prepara su participación en la teleserie Camelia, la tejana, junto a Sara Maldonado y Erik Hayser—, detalló que la dramaturgia y la dirección de Apócrifo son de Alfonso Cárcamo, quien precisó este ambiente para el reencuentro de ambos personajes, con el fin de poner el ojo en lo delicado que es el tema del secuestro en nuestra sociedad.
En medio de un acto violento, dos amantes se reencuentran fortuita e inexplicablemente y le hacen frente a esta agonía corrupta en tiempos de crisis, ya que son las presas sometidas que buscan liberarse.
La actriz se muestra complacida con un proyecto de tal magnitud, del que no siente pequeño por las dimensiones en las que se desarrolla: una casa a manera de laboratorio teatral para tan sólo 28 espectadores, llamada LAB trece.
No sólo la televisión (Infames o El diez) o el cine (Las Aparicio, la película) la enfrentan a personajes complejos que han ido, desde la mujer fatal, hasta la revolucionaria homosexual, sino también este tipo de exposiciones en las que las emociones se confrontan plenamente con el público, sin demasiadas barreras que los limiten.
Es por ello que Eréndira Ibarra decidió someterse a esta prueba y experimentar el teatro como un laboratorio de ideas y sensaciones.
“Es una historia de amor en un contexto que no es nada luminoso. Se trata de una pareja que se encuentra después de mucho tiempo y después son secuestrados. No vemos esa parte de la acción, pero jugamos con la mente del espectador en varios mundos: el del pasado, el de los encuentros amorosos cuando se conocieron —muy luminoso—, luego hay un mundo intermedio donde los personajes comentan con el espectador ambos contextos anteriores, y por último, el lado oscuro de la relación que es el secuestro, su presente.
“Es una obra de teatro en la que si el espectador decide entrar a la convención se la puede pasar muy bien, pero al mismo tiempo te lleva a tocar ciertos puntos del corazón que pueden ser muy dolorosos”, explicó Eréndira Ibarra en entrevista con Excélsior.
La actriz —quien actualmente también prepara su participación en la teleserie Camelia, la tejana, junto a Sara Maldonado y Erik Hayser—, detalló que la dramaturgia y la dirección de Apócrifo son de Alfonso Cárcamo, quien precisó este ambiente para el reencuentro de ambos personajes, con el fin de poner el ojo en lo delicado que es el tema del secuestro en nuestra sociedad.
Nosotros vemos en la obra a Elena y a Tomás, pero puede ser cualquier Elena o Tomás. Quienes se encuentran en esta situación buscan la forma de mantenerse vivos y sus recuerdos e historia personal los ayuda a lograrlo durante su tiempo en cautiverio. Pasa lo mismo con estos personajes, se trata de entrar a esta convención y simplemente son dos personas que intentan mantenerse vivos”, expresó la actriz
La obra está acompañada de música de comedia romántica americana, para contrastarlo con la situación. Estos lados opuestos de una historia de amor tienen un efecto conmovedor en el público, de acuerdo a la experiencia que ha tenido la compañía en las últimas funciones.
“Cuando termino la obra tengo muchas ganas de tirarme al piso a llorar, pero al mismo tiempo la disfruto tanto en el proceso de recrear estos momentos amorosos, que es una historia de amor muy luminosa.
“Cuando llegué a México, luego del tiempo en que estuve en Los Ángeles, decreté que quería hacer teatro relativamente pequeño y en un contexto social, pero que me diera mucho a nivel actoral. Siento que esta obra engloba todas estas cosas, porque es teatro de cámara para 28 espectadores, así como fui creada y criada porque en Casa Azul, donde es el formato en el que trabajamos.
Por otro lado, habla de la realidad de este país en el que el secuestro es un mal negocio del que una persona gana mucho dinero y que, aunque es triste, hay que enfrentar. Además, por otro lado tengo un reto actoral impresionante, porque entramos en un lado oscuro, comentamos con el espectador, regresamos al pasado luminoso... todo el tiempo estamos viajando en diferentes emociones y me parece que a la gente le va a gustar”, concluyó la actriz de 27 años.
“Cuando termino la obra tengo muchas ganas de tirarme al piso a llorar, pero al mismo tiempo la disfruto tanto en el proceso de recrear estos momentos amorosos, que es una historia de amor muy luminosa.
“Cuando llegué a México, luego del tiempo en que estuve en Los Ángeles, decreté que quería hacer teatro relativamente pequeño y en un contexto social, pero que me diera mucho a nivel actoral. Siento que esta obra engloba todas estas cosas, porque es teatro de cámara para 28 espectadores, así como fui creada y criada porque en Casa Azul, donde es el formato en el que trabajamos.
Por otro lado, habla de la realidad de este país en el que el secuestro es un mal negocio del que una persona gana mucho dinero y que, aunque es triste, hay que enfrentar. Además, por otro lado tengo un reto actoral impresionante, porque entramos en un lado oscuro, comentamos con el espectador, regresamos al pasado luminoso... todo el tiempo estamos viajando en diferentes emociones y me parece que a la gente le va a gustar”, concluyó la actriz de 27 años.
Fuente: EXCELSIOR
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