febrero 20, 2016

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City Tour con Eréndira Ibarra

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A sus 30 años, Eréndira Ibarra ya cuenta con una sólida carrera que incluye filmes y series nacionales e internacionales. Forma parte del elenco de Las Aparicio, película que se estrena este mes. Además de ser conocida por la actuación, también lo es por ser una activista con una extrema conciencia sobre la justicia social, que no repara en compartir a través de sus redes sociales.

Si algo quedó claro desde el primer minuto de este recorrido, es el gran amor que Eréndira Ibarra le tiene a la Ciudad de México, con la que comparte una conexión especial. Con una sonrisa permanente y la emoción de mostrarnos las cosas que más ama del DF, la actriz nos llevó a Barrio –su gimnasio de crossfit– y al Centro Histórico, donde no reparó en mostrarnos aquellos lugares que han marcado su vida. “El DF es mi casa, creo que no hay lugar más mágico y surrealista”, afirma.

Eréndira nos cuenta que el Centro fue como el patio trasero de su casa, ya que pasó su infancia recorriéndolo y viviéndolo junto a su mejor amiga: “Es el corazón de nuestra ciudad y de nuestra cultura. La energía que hay debajo de su piso no la vas a encontrar en ninguna otra parte. Cada vez que necesito enamorarme de mi ciudad, sólo piso el Zócalo”. La coprotagonista de Infames ya tiene una lista de proyectos enfilados para 2016, incluidos el estreno de la esperada cinta Las Aparicio, y la segunda temporada de la serie original de Netflix, Sense8, que está por comenzar rodaje.



Eréndira y su esposo, Fredd Lodoño, son los dueños de este gimnasio de crossfit y artes marciales. Más que ponerte en forma, este sitio busca una comunidad, o al menos así lo expresa la actriz, quien convive con quienes terminan su rutina. “Es nuestro primer hijo. Pudimos poner un negocio que no sólo es eso, sino un lugar que tiene todo lo que buscamos lograr en este país: una comunidad solidaria que trabaja en conjunto para lograr sus metas, que es responsable de sus alrededores y que está hecho el uno para el otro, siendo incluyente, eso es lo que logramos con Barrio”.



Es una pequeña joya escondida con un par de calles pintorescas que contienen restaurantes y tiendas en donde se vende comida y productos orientales. La primera parada que hicimos fue en el arco con las estatuas de leones, donde la actriz comenzó a jugar de inmediato.

“Es parte de los rituales de mi vida, aquí pasé mi adolescencia comprando un lunch de diez pesos y un Boing, con mi mejor amiga”, cuenta mientras compramos un pan de arroz relleno de chocolate. “Después nos íbamos a sentar a la Alameda Central, a tener sueños guajiros de cómo íbamos a cambiar al mundo”.


Caminando hacia Bellas Artes nos topamos con este callejón repleto de grafitis, donde resalta uno con la frase “Tengo nostalgia de un país que no existe todavía en el mapa”. En ese momento Ibarra nos contó que tiene una relación especial con este tipo de expresiones artísticas, ya que formó parte de la iniciativa ManifiestoMx, después del caso Ayotzinapa, para traer artistas nacionales e internacionales que imprimieran sus obras en edificios de la ciudad. Pocos se lograron, pero nos mostró uno que se encuentra a una cuadra de la Plaza de la Constitución, creación de la colombiana Bastardilla, que simboliza la lucha de los niños campesinos.


“Bendito sea el Centro”, exclama Eréndira cuando entramos a la gran explanada frente al Palacio de Bellas Artes. “La cereza en el pastel, amo Bellas Artes. No sólo porque tiene un simbolismo muy particular para quienes nos dedicamos a las artes, sino porque el mural de El hombre controlador del mundo es uno de los más impresionantes del mundo, aparte de que tiene una crítica social y política muy importante”, comenta.

LA PLANCHA DEL CENTRO HISTÓRICO Plaza de la Constitución, Centro

A pesar de que no pudimos bajar a la Plaza de la Constitución debido a la cantidad de actividades que había, la actriz reiteró la importancia que este lugar tiene para ella. “Para mí es como tocar cancha, no sólo por lo que simboliza en cuestiones sociales, sino porque yo me la vivía en la sombra del asta bandera, que es como un reloj con el sol. Desde chavitos recorríamos esas sombras.”


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